Mis bloqueos

Este mes de junio se cumple un año desde que lancé Mamma Bra como se conoce ahora: logo, web, producción, etc. Pasada la novedad y el primer año de pruebas me enfrento a tener que empezar el proceso de creación de nuevos sujetadores y lo que podría parecer ilusionante, me da un miedo terrible. 

Ya no estoy en la fase ilusionante del principio del emprendimiento de descubrimiento y de aprendizaje extremo y acelerado. De demostrarme que podría hacerlo sin tener ni idea de creación textil a este nivel. Y lo hice, creé y vendo estos sujetadores de lactancia. 

Ya se ha agotado el FFF de todo emprendimiento (Family, Fools and Friends, el círculo más cercano que te compra un poco “por ayudar”). Aunque la prueba de fuego de la campaña del día de la Madre la pasé satisfactoriamente (no con nota, no os voy a engañar) tengo la sensación de que tengo la responsabilidad de aplicar lo que he aprendido y no puedo fallar (sé que sí puedo, pero en el fondo no quiero permitírmelo).

Mi ilusión y objetivo es vivir exclusivamente de Mamma Bra, lo que aún queda lejos y no me importa compaginarlo con mi perfil de marketing pero solo quiero que el esfuerzo de lanzar una nueva colección (esfuerzo emocional y económico) se vea compensado. 

Otra cosa que he de hacer que me bloquea es preguntar a las clientas sobre su compra antes de iniciar el proceso de creación por si he de cambiar algo de patronaje, materiales, etc. Me siento muy vulnerable al hacerlo porque hay mucho de mí en este proyecto y no siempre puedo disociar que yo no soy Mamma Bra pero necesito sinceridad, aunque duela.

En octubre tienen que estar los nuevos sujetadores disponibles, y aún no he empezado… Creo que llego pero me tengo que poner ya a buscar telas, a hablar con el taller, a cerrar proveedores (el verano no es una época productiva). Espero que me acompañéis en el proceso; de hecho escribirlo hoy es una forma de comprometerme con vosotras para ir avanzando porque de verdad necesito que me sostengáis en esta etapa.

Gracias por leerme y por hacerme llegar mensajes bonitos de vez en cuando. No sabéis lo que conseguís cuando los leo.

Un abrazo muy fuerte,

Bea.